Cuando el naranja se desploma
Serpiente transportista herida en sus entrañas, tropieza inocente en su andar, traicionada por sus padres.
Traicionados sus pasajeros; malhechos sus pilares y puentes; resquebrajada la delgada confianza. Obra de los juramentados servidores, que ríen portando máscaras con lágrimas pintadas.
Y sufre la serpiente, padece la negligencia patológica. Lastimados sus interiores, aquellos que la hacen ser serpiente, naranja y transporte.
Más fuertes y valientes sus entrañas, que los hacedores de sus rieles.
Más ruidoso y protestantes.
Más despiertos.